La economía se desplomó un 26,4% interanual en abril, mes afectado íntegramente por la parte más estricta del aislamiento en casi todo el país. Según informó el INDEC, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró también una caída de 17,5% con respecto a marzo, lo que se transformó en la contracción mensual más fuerte desde el inicio de la serie en 1993.
“Construcción” (-86,4% interanual) y “Hoteles y restaurantes” (-85,6%) fueron los rubros que exhibieron mayores retrocesos. De todas formas, según el organismo, los sectores que más incidieron en la retracción general de la actividad fueron la “Industria manufacturera” (-34.4%) y el “Comercio” (-27%). El desplome de los indicadores es como consecuencia del estricto confinamiento dispuesto por el Gobierno para mitigar el impacto del coronavirus, que implicó la parálisis completa de muchos sectores y la caída de la demanda ante una menor movilidad. Es que en abril funcionaron sólo los denominados rubros esenciales: a modo de ejemplo, se destacó que durante ese mes no se fabricaron autos en el país y que el uso de la capacidad instalada en la industria estuvo por debajo de los datos de 2002 (42%). En cuanto al “Comercio”, algunos rubros “no esenciales” estiman que sufrieron mermas superiores al 80%. Desde la CAC sostuvieron en tanto que en los últimos tres meses cerraron en todo el país unos 40 mil locales afectados por la pandemia.
“Lo que más impactó en la caída del índice tiene que ver con la parálisis de amplios sectores productivos y el hecho de que la población haya reducido su consumo a bienes esenciales. Una economía donde hay industrias paralizadas y la gente que tiene acceso al dinero consume sólo los bienes esenciales se transforma en una especie de combo mortal para esta crisis económica”, sostuvo ante Ámbito Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
“Los servicios fueron los más afectados durante abril. Uno de los rubros es el de “Hoteles y restaurantes”, que presentó una caída del orden del 85%. Eso es algo obvio, ya que la actividad no se llevó a cabo en los hoteles y para los restaurantes, sacando algo de delivery, la actividad fue nula”, agregó, por su parte, Sergio Chouza, quien remarcó: “Más allá de la pandemia, muchos rubros venían con cierta inercia. La construcción, por ejemplo, venía cayendo desde hace meses. Hay actividades como la industria, también, que venía con una inercia importante, y esto le dio la estocada”.
Para Matías Rajnerman, economista en jefe de Ecolatina, “una mezcla de todo” confluyó para llegar a un dato que “sorprendió para mal”. “En abril estaban plenamente vigentes las restricciones a la producción. Hoy en día, en la nueva fase uno que dispuso el Gobierno, hay más restricciones al consumo. Porque muchas empresas están pudiendo producir, pero si uno quiere ir a comprar esos productos, no puede”, sostuvo el analista, quien destacó un dato de la macroeconomía que también pudo tener incidencia: “Lo otro que jugó en contra en abril fue la disparada de los dólares paralelos, que llenan de incertidumbre y hacen que la gente quiera ahorrar. Eso genera ahorro precautorio, gente que consume menos por las dudas”.
“Con la caída de abril, la actividad económica se retrotrae a niveles de 2005, por debajo del nivel de actividad alcanzado durante la crisis subprime”, analizó la consultora LCG. Desde ACM, en tanto, sostuvieron: “Se observó que la economía aceleró la caída que se venía observando meses anteriores, generalizándose a prácticamente todos los sectores de la economía aunque de forma heterogénea dadas las características del shock de oferta que estamos evidenciando”.
Fuente: Ámbito Financiero.