El sector automotor busca poner primera. La industria avanza en un plan para sustituir importaciones de piezas, y ya detectaron casi 150 oportunidades. En un vehículo, el 30 por ciento (en promedio) son piezas nacionales, y el objetivo en el corto plazo es alcanzar el 50 por ciento. En tanto, las terminales y los concesionarios esperan que se reactive el plan de financiamiento de venta de autos a tasas subsidiadas, como una de las 60 medidas de reactivación económica que planea el Gobierno.
El sector anticipa que será un “año malo”, debido a la pandemia y a los últimos dos años de recesión. En 2018, cuando esperaban vender un millón de autos, debieron apretar el freno debido a la megadevaluación que cambió todas las reglas. Este año, por primera vez en la historia, la producción fue cero en el mes de abril, debido al cierre total por la cuarentena. De todos modos, consideran que “lo peor ya pasó”. A principios de 2020, proyectaban vender 350 mil vehículos. Con la pandemia bajaron la estimación a 220 mil, y en estas últimas semanas ajustaron la previsión y ahora esperan que los patentamientos puedan alcanzar las 300 mil unidades.
Producción
A principios de agosto, la Secretaría de Industria lanzó el programa Prodepro para sustituir importaciones de autopartes, con el objetivo de agregar valor, importar menos, pero además, aumentar exportaciones. A cambio, el Gobierno otorgará bonificaciones de tasas, asistencia técnica y aportes no reembolsables.
Trabaja en esta materia la Asociación de Fabricantes de Componentes (Afac), que encontró casi 150 oportunidades para producir localmente, que podrían llevar a cabo 25 empresas locales. “Hay capacidad instalada y tecnológica”, afirmó a PáginaI12 Juan Cantarella, gerente general de Afac.
Sin embargo, no es un proceso automático. “No es que dejo de importar y mañana lo compro acá”, afirmó. En algunos casos, en los próximos 6 meses ya se podría llevar adelante la producción. Pero en otros llevaría más de un año, sobre todo en las piezas de seguridad que requieren ensayos técnicos.
En cuanto a los problemas que podría traer la falta de escala, Cantarella advierte que la mejor estrategia es focalizarse en vehículos de alto valor agregado, como las pick ups, y en la integración con Brasil. “Si no tengo escala, no soy competitivo, y si no soy competitivo, no consigo negocios de exportación para aumentar la escala”, describe Cantarella. Como solución a mejorar la competitividad, proponen cambios impositivos, modernización de convenios laborales “de los años setenta” y menores costos logísticos.
Ventas
Este mes, desde las concesionarias esperen cerrar con un aumento por sobre julio, pero con una caída interanual. Aseguran que no puede compararse, dado que hace un año había un plan de descuentos del Gobierno de Cambiemos de cara a las elecciones. El único mes donde se registró una suba interanual fue en junio. Entre las causas de la demanda en este contexto se destaca la necesidad de contar con un vehículo para evitar el transporte público, el ahorro y el consumo de las personas que mantuvieron el empleo y el poder adquisitivo, la brecha entre el dólar blue y el oficial, y la utilización de la compra de un auto como “ahorro”, dado que se obtiene en pesos y mantiene su valor en el tiempo.
Para mejorar las ventas, el Gobierno trabaja en un plan de financiamiento. En diciembre del año pasado, apenas asumió Alberto Fernández, participó de un acto en la sede del Smata y prometió impulsar el mercado a través de créditos baratos. El plan se encuentra en el Ministerio de Desarrollo Productivo desde el verano, pero quedó a un lado con la pandemia. En las últimas semanas, volvieron las conversaciones, y desde el sector se muestran optimistas. Creen que, de formar parte de una de las 60 medidas económicas que presentará el Gobierno, podría estimular las ventas. El programa prevé tasas subsidiadas y cuotas para autos y camiones producidos localmente.
Desde la cartera que conduce Matías Kulfas, observan una cierta reactivación. La producción automotriz, que caía al 34 por ciento interanual en junio, se ubicó en los niveles prepandemia en julio (-1,5 por ciento interanual). En las últimas semanas, las terminales incrementaron el ritmo de producción: Toyota volvió a producir en dos turnos, Ford pasará de producir 110 unidades diarias a 180, Volkswagen agregó un turno de producción en la fábrica de Córdoba y en la de Pacheco pasará de producir 110 Amarok por día a 230 en octubre. Además, Nissan anunció, junto a Alberto Fernández, que invertirá 130 millones de dólares en la planta de Córdoba para sumar tecnología y desarrollar proveedores locales. La clave para que este proceso continúe, afirman desde el sector, es que se regularicen pagos al exterior y el control del comercio exterior no frene la oferta.
Fuente: Página 12.