La industria cordobesa, especialmente las pequeñas y medianas empresas (PYME), enfrenta un panorama complejo en el contexto de un año recesivo. Según el relevamiento mensual presentado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC) en agosto, un preocupante 10% de las microempresas podría entrar en proceso de concurso en los próximos seis meses, mientras que el 30% de las industrias ha experimentado una disminución significativa en su producción.
El estudio destaca que los principales desafíos para el sector incluyen el aumento de costos, especialmente en energía, salarios y materias primas, así como una caída en la demanda interna. Estas problemáticas han llevado a un 71% de las empresas a reportar una disminución en su rentabilidad. La percepción negativa sobre la situación económica se refleja en que el 47% de las industrias considera que su estado actual es peor que en 2023, con un alarmante 70% de los empresarios opinando que la situación general del sector ha empeorado.
A pesar de estos retos, hay signos de cierta estabilidad en el último mes. Aunque un 31% de las empresas reporta una caída en producción, un 26% ha visto incrementos, lo que sugiere un panorama mixto. Sin embargo, la demanda sigue siendo un obstáculo significativo, con un 36% de las empresas que han observado una disminución en la demanda respecto al mes anterior.
Para enfrentar la caída en la producción, un 20% de las empresas está considerando reducir turnos laborales, y otro 20% ya ha implementado esta medida. Aunque no se han observado cambios drásticos en la dotación de personal, la incertidumbre sobre el futuro del empleo en el sector se mantiene latente.
En términos de inversiones, el 48% de las industrias ha reducido sus niveles de inversión anuales entre 2023 y 2024, aunque un 65% de las pequeñas empresas cree que es un buen momento para invertir en innovación. A pesar de las dificultades, un 71% de los empresarios anticipa un aumento en la rentabilidad y un 67% espera mejoras en las inversiones para 2025.
El escenario es particularmente desafiante para las microempresas, donde un 60% ha reportado caídas en la producción y un 75% en la rentabilidad. A pesar de este contexto, más del 60% de estas empresas mantiene expectativas optimistas para el futuro, lo que refleja una resiliencia notable frente a los desafíos económicos.